Espacio abierto para compartir inquietudes, conocimientos, actividades culturales
y lúdicas, hacer nuevas amistades y crecer interiormente.

martes, 26 de abril de 2011

Meditación por la paz y el amor en la Puerta del Sol, Madrid

¡hola amigos! os dejo este vídeo sobre un acto que, creemos, va a ser muy interesante... 
no lo organizamos nosotros pero sí va en nuestra línea.

Meditación por la paz y el amor en la Puerta del Sol, Madrid.

miércoles, 13 de abril de 2011

JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS

   
    Se trata de un día en el campo, en la Herrería, para reunirnos y compartir. Está abierto a todo el que quiera pasar un día entre amigos y dar o recibir sesiones gratuitas de todo aquello de lo que disponemos, como reflexología, flores de bach, taichí, masaje metamórfico, tarot, lectura de manos, homeopatía espagírica, y cualquier otra aportación que alguien desee hacer. Y habrá tertulias, juegos y todo lo que surja, además de una comida compartida, sin ningún programa determinado y sin necesidad de inscribirse ni comprometerse.
   Sólo falta determinar la fecha. En principio habíamos pensado en mayo, pero entre el puente y las fiestas de San Isidro, será mejor elegir un domingo de junio. 
    Esperamos vuestras sugerencias para fijar una fecha que le pueda ir bien a la mayoría. Podeis hacerlo por medio de un comentario a este anuncio o a través del correo del blog.
      Animo, que va a ser muy divertido y enriquecedor para todos. 
     

domingo, 3 de abril de 2011

TERAPIA DE LIMPIEZA CON ACEITE

  


       La medicina ayurvédica nos ofrece un método sencillo y enormemente eficaz para depurar la sangre y curar todo tipo de trastornos hepáticos, pulmonares, gastrointestinales, renales, cardiovasculares, nerviosos, cutáneos, etc. Ayuda también en trastornos femeninos e hinchazón de cara y párpados.
  
     Consiste simplemente en un enjuague de boca con una cucharada o dos de aceite de sésamo, oliva o girasol (de primera presión en frío y de cultivo ecológico). Por la mañana en ayunas se introduce en la boca el aceite y se pasa por toda la boca, dientes y encías haciendo buches y cuidando de no tragarlo. En este proceso, el aceite al mezclarse con la saliva activa las enzimas que extraen toxinas de la lengua, dientes y encías. Al cabo de tres minutos, máximo cuatro, se escupe el aceite, pues si se tiene más tiempo las toxinas pueden reabsorberse. Entonces se enjuaga la boca con media cucharadita de sal o bicarbonato disueltas en un poco de agua mineral. Esta mezcla ayuda a eliminar los restos de aceite y de toxinas. Después de expulsar el agua, se raspa la lengua con una cuchara para extraer y escupir una capa de toxinas más o menos espesa hasta que la cuchara salga limpia, enjuagando después de cada vez que se escupe con un poco de agua mineral con sal o bicarbonato. 
  
    También es importante limpiar el lavabo al terminar con un detergente que contenga lejía para desinfectarlo.


     Animo, que no es nada complicado. Todo el proceso lleva unos 15 minutos como máximo y los efectos se notan enseguida, siendo los más visibles el blanqueamiento de los dientes, la desaparición del sangrado de las encías y un aumento de energía notable. Es recomendable incorporarlo en la rutina diaria para lograr su máxima efectividad.      

viernes, 1 de abril de 2011

MASARU EMOTO - ORACIONES POR LA PLANTA NUCLEAR DE FUKUSHIMA

“Vamos a enviar nuestros pensamientos de Amor y Gratitud a todo el agua que existe en la Planta Nuclear de Fukushima”.
Funcionará igual aunque no sea la misma hora. La oración traspasa el espacio y el tiempo.







domingo, 27 de marzo de 2011

VIVIR



       Podríamos extendernos en discusiones filosóficas acerca de los miles de años en que la cuestión de la liberación del sufrimiento ha sido la principal preocupación humana sin que aparentemente haya habido grandes logros. 

      He leído opiniones encontradas y es natural porque cada cual expresa simplemente su punto de vista, su vivencia. Y de estas diversas teorías, unas me han ayudado y otras me han confundido e incluso asustado. Por eso, agradeciendo todas las hojas de ruta consultadas, quiero centrarme en mi propio punto de vista: ¿qué opino yo de todo esto?  No sé de dónde venimos ni a dónde vamos. No sé si nuestra alma es una entidad individual que permanece de vida en vida cambiando sólo de vehículo corporal, o si simplemente todos somos expresiones de una única energía que se manifesta en miles de formas individualizadas que luego vuelven a integrarse en ese todo y se vuelven a manifestar, pero sin entidad propia, sin hilo argumental de una vida a otra, algo así como la magnífica metáfora de las olas del océano que se diferencian por un momento y luego vuelven al todo sin conservar su forma ni el menor rastro de una vida individual. 

      El primer supuesto resulta, desde el punto de vista del ego, que no quiere desaparecer de ningún modo, por un lado atrayente ya que implica la vida eterna en el sentido de conservar de algún modo la personalidad para siempre, pero por otro un tanto aterrador, ya que conlleva el arrastre, vida tras vida, de una serie de asignaturas pendientes cuando no de delitos por pagar. Este concepto del karma es susceptible, como todo, de diversas interpretaciones. La mejor de ellas, que lo entiende como aprendizaje, sólo implica atención, consciencia, para comprender todo lo que es contrario a la única ley universal: el amor, y actuar en consecuencia. La peor realmente aterroriza ya que habla de una especie de boomerang impersonal que aplica casi robóticamente un castigo igual o superior a la falta cometida. Es aún más dura esta interpretación que la de muchas religiones que creen en un Dios personal, justiciero y castigador, pero con capacidad para perdonar. 

       Después de muchas vueltas de noria por las diferentes opciones, lo que me resuena como cierto es que somos parte del universo, de una energía que no sé definir y que realmente se expresa de muchas formas diferentes. Y que estamos aquí, de eso no hay duda por más que estemos compuestos principalmente de vacío. Creo que somos la expresión material de algo inmaterial. Y que, si no de modo absoluto, al menos de modo relativo existimos claramente. Nos sentimos, sentimos el entorno, pensamos, amamos, odiamos, nos movemos, somos tangibles, estamos, SOMOS, por más ilusorio que sea el escenario. Y, aún desconociendo nuestro origen, vivimos y tenemos una cierta capacidad de decisión aunque sea relativa y fundamentalmente ilusoria. Virtual o no, el mundo en que vivimos existe. Nosotros estamos vivos y en el momento presente aparentemente podemos decidir en cierto modo. Y creo que eso es lo que importa en realidad. En un futuro inmediato cualquier cosa puede dejar de existir y por tanto, no podemos controlar qué va a pasar en el instante siguiente. Pero en éste que estamos viviendo sí podemos elegir. Creo que esa es la única cosa con la que podemos contar realmente. Con el momento presente. Tampoco sé si el momento presente va a crear necesariamente un futuro maravilloso si me aplico a visualizarlo y diseñarlo. Más bien creo que el futuro como tal no existe y que siempre voy a vivir solamente momentos presentes. Por eso el único modo de crear un futuro maravilloso es vivir un momento maravilloso, atendiendo plenamente y disfrutando ese momento, y el siguiente y el siguiente. 


     Por ejemplo: ¿que estoy haciendo ahora mismo?. Escribo, trato de expresar mis pensamientos y mis sentimientos, para aclararme, para estar en paz. Puedo elegir vivirlo como un esfuerzo o como un privilegio. Si elijo lo segundo, me asombra la maravilla del contacto de mis dedos con las teclas, tan suaves, que trasladan lo que pienso a una pantalla, en caracteres ordenados, en líneas rectas perfectamente legibles. Al mismo tiempo, estoy escuchando música de Deuter, que me hace sentir paz, bienestar. Y el sol entra hasta donde estoy sentada. Cosas como éstas las he dado siempre por supuestas y me han pasado desapercibidas demasiadas veces. No se trata se sublimar cada momento, sino de vivirlo, aunque esté sintiendo una gran tristeza, rabia o cualquier otra emoción aparentemente negativa. Es una cuestión de enfoque, de ver lo que ocurre dentro y fuera de mí con ecuanimidad, sintiendo lo que siento, pero a la vez observando desde un punto neutral que no califica, juzga ni etiqueta, que sólo está apoyando, sosteniendo lo que sucede; sosteniendo la vida. Porque eso es la vida: una mezcla de sentimientos, emociones, sensaciones, experiencias, un inmenso tapiz de infinitas tonalidades. Y la vida se observa a sí misma a través de todos los seres dotados de consciencia. Cuando miro desde ahí dejan de tener sentido muchos supuestos problemas, dejan de ser importantes muchos supuestos agravios y aparece con total claridad la única decisión esencial: amar la vida o luchar contra ella.

Carmen

martes, 15 de marzo de 2011

Relámpagos interiores. Programa de radio y presentación del libro.

La prolífica Isabel Díez Serrano estará, en una entrevista de Sergio García, en Punto Radio, el día 17 de marzo, jueves a las 12,15 h. Se sintoniza en el dial 100.3 de la FM.

Y, por otro lado... presenta su libro

Relámpagos interiores

el próximo día 19 de marzo, sábado a las 12:30 h.

en La Casa de Cultura
C/ Floridablanca, 3
San Lorenzo de El Escorial (Madrid)

El acto será presentado por el concejal de cultural José Antonio Vara y por Sergio García Soriano, psicólogo y poeta.

Y como clausura, habrá unos minutos de danza oriental:
Baila: Gabi Gil
Flauta: Ana Martínez

domingo, 6 de marzo de 2011

Presentación del libro "Inspiraciones de luz"

 El próximo sábado 12 de marzo, a las 19 horas
presenta su libro nuestra gran amiga y poetisa
Mª Paz Hernández Sánchez

"Inspiraciones de Luz"

El acto tendrá lugar en el centro cultural "Villa de El Escorial"
C/ Sagrado Corazón, 5
28280 - El Escorial (Madrid).
 Tel. 91 890 27 64 / 91 890 28 93 

y será presentado por el Catedrático de Lengua y Literatura Española
Jesús Fernández Pérez



miércoles, 5 de enero de 2011

FELIZ Y DESCANSADO AÑO

      Estrenamos año. Ciertamente, cualquier momento de nuestra vida es adecuado para un nuevo comienzo, pero parece que un año que se inicia tiene una carga simbólica que incita a muchos de nosotros a hacer propósitos que nos permitan cambiar de dirección (y a veces casi diría que de identidad, porque queremos ser algo que apenas se parezca a lo que somos ahora). Entonces nos ponemos como locos a ello, nos compramos agendas con recordatorios diarios, escribimos los cambios que tenemos que hacer y nos comprometemos a trabajar mucho para lograrlos. Casi todos hemos experimentado este tipo de acelerón en estas fechas.

      No estoy en contra de ningún ritual y este es uno de ellos. Respeto profundamente a quienes eligen este camino o cualquier otro, porque todos se dirigen al mismo destino. Pero se me ocurre que este año estaría bien suprimir toda esta parafernalia del esfuerzo. Esto es sólo una sugerencia válida para mi y quizás para alguna que otra personita que, como yo, se haya vuelto un poco vaga de tanto intentar trabajarse para cambiar, llegando a la conclusión de que tanta lucha convierte la vida en un campo de batalla.

      ¿Realmente es necesario poner tanta tensión en todo? No sólo en lo que se hace sino también en lo que se siente, porque tampoco se permite al sentimiento ser como es; se disfraza, se enmascara o incluso se suprime. Estoy convencida de que es mucho menos dañino sentir odio que tratar de reprimirlo. Porque si se siente, se puede hacer algo al respecto, pero reprimiéndolo sólo se crea congestión y malestar. Permitirme sentir ya me ha demostrado en varias ocasiones que es la única forma de integrar el sentimiento. Sólo tocando fondo en el odio se puede sentir amor, igual que sólo es posible descubrir la alegria sintiendo totalmente la tristeza cuando se presenta.

      Sólo aceptando que alguien te cae mal puedes llegar a conectar con sus cualidades. Sólo siendo íntegro, es decir, entero, con todos tus componentes libres de expresarse, sin compartimentos cerrados, se puede disfrutar del hecho de estar vivo. Es fácil imaginar la vida sin fardos a la espalda, sin partes de uno mismo cerradas con llave que impiden el libre tránsito por el propio ser, sin barricadas interiores, con el cuerpo, las emociones y la mente totalmente abiertos a la vida y al espíritu. Se podría suponer que esta vivencia no corresponde a nuestra dimensión, pero no es así. Por el contrario, creo que estamos aquí justamente para eso, para expresar en la materia la divinidad que somos, y no puedo imaginar a la divinidad llena de culpa, miedo y agobio, sino inocente, gozosa y libre.

      Cuando nos aceptamos plenamente tal como somos y nos amamos sin condiciones nos cuidamos y respetamos en todos los sentidos. Entonces, ni siquiera pasa por la mente la idea de hacer daño a otro. Al contrario, amar, respetar y apoyar todo lo que nos rodea se convierte en la expresión espontánea de nuestra plenitud sin obligarse a ello para ser “buen@”. Y no es necesario estar en el último grado de esta plenitud, es decir, iluminado y consciente de la unidad de todo lo que existe. Aún con muchas cosas por resolver, con emociones que no acaban de clarificarse y aceptarse y con todo tipo de apegos, la actitud amorosa hacia uno mismo produce ese mismo efecto hacia los demás. Lo único necesario es ser conscientes de que dentro de nosotros está todo lo que necesitamos para curarnos, cuidarnos, ser felices y, desde ahí, extenderlo al mundo para compartirlo.

      Para pasar de la teoría a la práctica, si estás en mi onda te sugiero que imagines que recibes una carta del Universo pidiéndote que te ames, ya que ha observado que en el conjunto de luces que somos todas las criaturas, la tuya se ve un poco apagada. Pero no te anima a que saques el trapo y el detergente y te pongas a trabajar para “limpiarte”, sino a que, para probar, independientemente de lo “buena” o “mala” persona que te consideres, pases una semana preguntándote en cada momento: ¿como me siento? ¿qué podría hacerme feliz en este momento?, y que hagas todo lo que esté en tu mano para proporcionártelo. Es una propuesta sugerente, una especie de vacaciones emocionales en las que todo está permitido: mirar hacia dentro sin miedo y sin censura, sentir lo que sientas sin contenerlo, sea rabia, miedo, envidia u odio; escucharte de verdad y, por supuesto, darte cualquier capricho. Vale la pena intentarlo, sobre todo si hasta ahora te has pasado media vida juzgándote y la otra media tratando de imponerte tareas para cambiarte. ¿Por qué no probar a ver que pasa cuando te aceptas, te amas y te cuidas tal como eres en este preciso momento?  Intuyo que puede ser una maravilla.


Carmen